El abrazo inesperado: Trump levanta sanciones a Siria y se reúne con su nuevo líder
“Los hombres hacen su historia, pero no la hacen a su libre arbitrio.” – Karl Marx.
En un giro que reconfigura el tablero de Oriente Medio, la administración de Donald Trump ha tomado una decisión que pocos habrían anticipado: levantar las sanciones a Siria y estrechar la mano de su nuevo líder, Ahmad al Sharaa. La noticia, reportada por ABC News, ha sacudido tanto a Washington como a sus aliados regionales.
Ahmad al Sharaa, exlíder del extinto grupo rebelde Hayat Tahrir al Sham, alguna vez fue objeto de una recompensa de 10 millones de dólares por parte de Estados Unidos. Su nombre figuraba en la lista de los más buscados, y sin embargo, ahora se convierte en interlocutor de alto nivel para el expresidente estadounidense. La decisión marca un cambio profundo en la estrategia norteamericana, no solo hacia Siria, sino hacia toda la región.
La administración Biden ya había retirado discretamente la recompensa sobre al Sharaa a finales de 2024. Pero fue Trump quien dio el paso decisivo, convirtiendo a un antiguo enemigo en un aliado tácito. Según la crónica de Shannon Kingston para ABC News, la Casa Blanca considera ahora que Sharaa puede ser una pieza clave para contener al Estado Islámico y proteger a las minorías, especialmente los cristianos, en una Siria marcada por el caos y la reconstrucción.
Sin embargo, este movimiento geopolítico no está exento de riesgos. A nivel doméstico, la jugada ha desatado críticas entre los sectores más conservadores del Partido Republicano. En el exterior, Israel se muestra visiblemente incómodo: su política de ataques quirúrgicos contra Siria podría volverse insostenible si Washington legitima al nuevo régimen.
La cumbre entre Trump y Sharaa, prevista para los próximos días, será la primera reunión de alto nivel entre líderes sirios y estadounidenses desde el encuentro en Ginebra entre Clinton y Hafez al-Assad en el año 2000. La fotografía que surja de esa reunión podría sellar un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales… o abrir una caja de Pandora regional.
Trump, fiel a su estilo transgresor, parece decidido a rehacer el mundo con la tinta de sus propias convicciones. En Riad, mientras asistía al Foro de Inversión Saudita-EE.UU., reiteró que “la paz verdadera no nace de la venganza, sino de la comprensión estratégica”. Una frase que, en otros labios, sonaría vacía. Pero en este contexto, parece escrita sobre arena movediza.
VOCES QUE RESISTEN
“No se hace política con la moral, sino con el cálculo de fuerzas.” — Maquiavelo.
La decisión de Trump deja en suspenso las certezas de los últimos años. Si un exguerrillero puede convertirse en aliado, si un sancionado se transforma en socio, ¿dónde están los límites del pragmatismo? ¿Qué mensaje se lanza a los pueblos que aún esperan justicia tras las guerras interminables?
Hay quienes aplauden la audacia. Hay quienes temen las consecuencias. Pero hay también quienes, desde las trincheras del exilio o del luto, recuerdan que la memoria no se levanta con acuerdos, sino con verdades pendientes.
— RCJ
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