CONTANDO LA NOTICIA DE OTRA MANERA
“La guerra no se gana con armas, sino con la voluntad de no rendirse jamás.”
— Winston Churchill
PUTIN FRENTE AL ESPEJO DE ESTAMBUL: EL DUELO QUE NADIE QUIERE PERDER
Desde Londres, el corresponsal de ABC News, David Brennan, ha descrito con precisión quirúrgica el nuevo episodio de un conflicto que se rehúsa a disolverse: Rusia y Ucrania, dos potencias enfrentadas por sangre, memoria e historia, podrían estar a punto de compartir la misma mesa en Estambul.
Pero esta vez no son sus cancilleres los que se miran con desconfianza. No. Esta vez, la propuesta va al hueso: un cara a cara entre Vladimir Putin y Volodímir Zelenskyy. Un gesto que, de concretarse, sería el primero en casi seis años, desde que ambos líderes compartieron aire en 2019.
La cita no es menor. Turquía, tierra de pactos difíciles y equilibrios imposibles, se convertiría este jueves en el escenario de un duelo diplomático de alto voltaje. La propuesta inicial vino, irónicamente, del propio Putin. Pero fue Zelenskyy quien dio el golpe sobre la mesa: “Estaré esperando a Putin en Turquía. Espero que esta vez los rusos no busquen excusas”.
Con esas palabras, el presidente ucraniano hizo algo más que responder: lo arrinconó. Como dijo Oleksandr Merezhko, miembro del parlamento ucraniano, “Zelenskyy ha puesto a Putin en una situación en la que no importa lo que haga, pierde. Si no se presenta, el mundo verá que no quiere negociar”.
Putin, acostumbrado a negociar desde la cima del Kremlin y no desde la presión del escenario internacional, guarda silencio. El portavoz Dmitry Peskov asegura que siguen comprometidos con una solución pacífica, pero la sombra de la duda es larga. Konstantin Kosachev, vicepresidente del Consejo de la Federación Rusa, ya anticipó que es probable que Putin no se aparezca. “Zelenskyy busca culpabilizar a Rusia”, dijo en Rossiya-24. Una estrategia que, si se confirma, dejaría al líder ruso bajo los reflectores de una opinión pública cada vez más crítica y polarizada.
¿Y Trump? Siempre dispuesto a ser parte del show, el presidente estadounidense no solo apoyó las conversaciones, sino que deslizó una bomba: "Tengo tantas reuniones, pero estaba pensando en volar allí." Fue más lejos incluso: sugirió que podría mediar. Una jugada inesperada, pero en su estilo característico.
Mientras tanto, la comunidad internacional, los analistas y el pueblo ucraniano esperan. El jueves se acerca y con él, la posibilidad de un giro. O de otro portazo.
VOCES QUE RESISTEN
Putin ya no solo enfrenta a un ejército o a una resistencia popular. En Estambul, si decide asistir, lo mirará a los ojos un líder joven que representa a una nación herida pero invicta. Y si no lo hace, quedará estampado en la historia no como el arquitecto de la paz, sino como el dictador que huyó del espejo. Porque en política, como en la vida, hay momentos en los que no actuar también es una forma de ser derrotado.
RCJ