Gracie Abrams: la voz que ya no es hija de nadie
Con un cuaderno, una guitarra y la emoción como estandarte, la joven cantautora escribe su nombre en el firmamento musical
“El que no lleva la música por dentro, no la puede sacar.” — Ludwig van Beethoven
Gracie Abrams ya no es la hija de J.J. Abrams, ni la novia de Paul Mescal. Es ella. Es su voz, es su letra, es su mundo. Con tan solo 25 años, ha tejido una carrera con hilos de honestidad emocional y talento sin estridencias, de esos que no hacen ruido pero estremecen. Desde que subió su primera canción a Instagram, una niña con alma de fuego empezó a encender corazones.
En el escenario de Glastonbury, entre luces y barro, Gracie dejó de ser promesa para convertirse en constelación propia.
Junto a su padre, el afamado director J.J. Abrams, y su pareja, el actor irlandés Paul Mescal, apareció en el mítico festival británico. Pero los focos ya no miraban a los hombres que la acompañaban. Ella brillaba sola, luminosa, frágil y fuerte. La estrella era Gracie. Las imágenes en Instagram confirmaron no solo su relación sentimental, sino algo más profundo: la consagración pública de una artista que canta con las venas abiertas.
Según EFE, esta nueva musa empezó su carrera compartiendo su vulnerabilidad con el mundo. En 2019 fichó por Interscope Records y poco después lanzó el EP Minor. La industria entendió que no se trataba de una estrella prefabricada: había poesía, había verdad.
“El alma de la música está en lo que no se grita, en lo que se susurra con una lágrima”, parece decir cada vez que Gracie canta.
Fue telonera de Olivia Rodrigo, pero la vida le tenía reservado un salto mayor: el universo Swift. Su dueto con Taylor en el tema us., incluido en su segundo disco The Secret of Us (2024), selló su lugar entre las grandes. La canción la llevó a su segunda nominación al Grammy. No lo ganó. Pero sí ganó algo más: un lugar en la memoria colectiva.
“Escribo para que otros sientan que no están solos.” — Gracie Abrams
Su carrera en cifras también impresiona: más de 40 millones de oyentes mensuales en Spotify. Más que Charli XCX. Más que muchas veteranas. Pero Gracie no compite, conecta. Y eso, en un mundo saturado de ruido, es un acto revolucionario.
Su gira, que comenzó en EE.UU., la ha llevado por Europa, Asia, Australia y la devolverá a América Latina en agosto. El 27 cerrará su calendario en Ciudad de México, donde una nueva generación de almas sensibles ya la espera.
Desde que una maestra en tercer grado la animó a escribir, Gracie entendió que las palabras podían sanar. “Mi propósito en la vida”, dice, “es que mi música ayude a la gente a conectar con ellos mismos.” Y lo está logrando.
“Cuando tocas un corazón, ya no importa quién eres hija de. Importa lo que dejas.”
VOCES QUE RESISTEN
“Es el susurro en un mundo de gritos. Gracie no quiere fama: quiere significado.” — Crítica de Rolling Stone
“Ya no es la hija de Abrams. Él es ahora el padre de Gracie.” — Comentario editorial de The Atlantic
Reflexión RCJ: “Gracie Abrams es una flor que no pide permiso para florecer. Crece en la grieta, canta desde la herida. Su música no es espectáculo: es consuelo.”
“Escribo para que otros sientan que no están solos.” ✨ Dale play
#LatinoConEstilo
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