Ecuador frena el retroceso: Noboa defiende la paridad en la política
La democracia no se construye sin mujeres. Ni en las listas ni en los ministerios.
«La política es demasiado importante para dejarla solo en manos de los hombres» —Shirley Chisholm.
Con un gesto que ha sido aplaudido por sectores feministas y defensores de la igualdad, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha objetado parcialmente la reforma al Código de la Democracia que eliminaba la obligatoriedad de la paridad de género en los binomios presidenciales.
La medida llega tras un clamor de más de treinta organizaciones de mujeres, que calificaron el cambio legislativo como “un grave retroceso” en los derechos políticos de las ecuatorianas. Según la reforma aprobada por 125 legisladores el pasado 20 de junio, se omitía el numeral que garantizaba la presencia de una mujer y un hombre —o viceversa— en las candidaturas presidenciales.
Un veto que devuelve esperanza a las luchas históricas de las mujeres
La objeción enviada por Noboa busca "perfeccionar los textos" y garantizar "altos estándares jurídicos", según la Secretaría de Comunicación del Ejecutivo. Pero más allá de tecnicismos legales, es un reconocimiento claro de que la democracia no puede caminar coja, ni silenciar la voz de la mitad de la población.
“El derecho al voto no basta si las urnas nos ignoran cuando se reparten los cargos de poder”, dijeron desde la Coalición Nacional de Mujeres, que agradecieron la decisión del mandatario en la red social X.
Esta reacción presidencial no solo detiene un error legislativo, sino que revaloriza el principio constitucional de igualdad y pone el foco en una verdad contundente: la paridad no es un favor, es justicia.
América Latina también merece gobiernos con rostro de mujer
En un continente donde el machismo político todavía arrastra esferas de poder y bloquea caminos de liderazgo femenino, gestos como el de Noboa deben ser replicados en toda la región. Porque la equidad no puede depender de voluntades individuales, sino de leyes blindadas, inquebrantables, que reflejen las luchas de tantas mujeres a lo largo de la historia.
En Ecuador, como en muchos países de América Latina, se impone una tarea pendiente: garantizar la presencia equitativa de mujeres en ministerios, alcaldías, gobernaciones y asambleas. Y no solo en el papel, sino con verdadero poder de decisión.
«La mujer que no duda de sí misma será la arquitecta de un nuevo tiempo» —Simone de Beauvoir.
VOCES QUE RESISTEN
“Adjudicar derechos no es un privilegio. Es un deber del Estado y un compromiso con la justicia social. La representación de las mujeres no es una cuota: es democracia real.” —RCJ
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