FRASES CÉLEBRES CON HISTORIA
📅 13 de julio de 2025
Carlos Monsiváis: El cronista que puso micrófono a los olvidados
“La identidad no es un tesoro enterrado. Es un trabajo en construcción permanente.” – y México empezó a mirarse distinto
La frase que no cabía en la televisión
“La cultura popular es el sitio donde la dignidad resiste con humor.” – Carlos Monsiváis
El desfile de la dignidad rota
Ciudad de México. 13 de julio. Una marcha LGBT+ cruza Paseo de la Reforma. No es solo una fiesta. Es una resistencia multicolor. En la acera, sentada en una silla plegable, está Rosita, 62 años, ex trabajadora del sindicato de costureras.
—¿Por qué viene cada año? —le pregunta un joven con glitter en las mejillas.
—Porque a mí me enseñó Monsiváis que esto también es cultura —responde Rosita—. Y que lo popular no es vulgar. Es sobreviviente.
La ciudad de los espectros y los murmullos
Rosita conoció a Monsiváis en 1985. Después del terremoto, ella cosía en jornadas dobles para ayudar a las damnificadas. Una tarde, él apareció en su taller, cuaderno en mano, mirada intensa.
—¿A qué viene, señor? —le preguntaron, con recelo.
—A escuchar lo que Televisa no va a contar —respondió.
Y escuchó. Sin grabadora. Sin poses. Solo con silencio y letra apretada.
Lo que nadie quiso publicar
Años después, cuando a Rosita la despidieron por exigir aire acondicionado y un sueldo justo, una editorial le envió un ejemplar del libro “Los rituales del caos”. Ahí estaba su historia. Sin nombre, pero con alma.
—Ese hombre me devolvió el espejo —le dijo a su nieto.
Y esa frase, el niño la escribió en la tapa de su mochila escolar, con plumón rojo: “Mi abuela es parte de la historia, y no está en los libros de texto.”
VOCES QUE RESISTEN
(Este es un diálogo ficticio entre Carlos Monsiváis y una joven escritora en la Biblioteca Vasconcelos, año 2002)
–¿Se puede escribir sobre un país tan herido sin volverse cínico?
–Claro. Si se escribe desde la ternura, el sarcasmo se vuelve escudo. Pero nunca debe matar la esperanza.
–¿Y usted aún cree en el cambio?
–Yo no creo. Yo lo archivo. Lo documento. Porque cada pequeña rebeldía en una esquina es el comienzo de una crónica mayor.
–¿Y la cultura popular?
–Es el evangelio laico del pueblo. No necesita altares. Solo respeto.
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