«No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.» – Aristóteles
Un día cualquiera se volvió catástrofe en cuestión de minutos. El mediodía del 12 de junio de 2025 será recordado por la columna de humo que desgarró el cielo de Ahmedabad, una ciudad que no esperaba convertirse en escenario del peor accidente aéreo en India en décadas.
El Boeing 787-8 Dreamliner de Air India, identificado como vuelo AI171, despegó rumbo a Londres-Gatwick con 242 personas a bordo. Entre ellas, 11 niños. A tan solo segundos de elevarse desde la pista 23 del Aeropuerto Internacional Sardar Vallabhbhai Patel, lanzó un llamado de socorro: “Mayday”. Luego, el silencio total. La señal se esfumó del radar, como si el cielo lo hubiera tragado.
Lo que vino después fue una secuencia que ya es parte del trauma colectivo: el resplandor de una bola de fuego, gritos entre ruinas, cuerpos rescatados por civiles, ambulancias sin respiro. El avión cayó en una zona densamente poblada, impactando directamente contra un edificio donde residían estudiantes de medicina.
290 cadáveres. Esa es la cifra que, por ahora, marca la dimensión de lo irrecuperable. Entre los fallecidos se cuentan 169 ciudadanos indios, 43 británicos, 7 portugueses y un canadiense. Las imágenes de los restos calcinados recorren el mundo mientras las autoridades intentan contener una tragedia que desborda a todos los niveles.
Un Milagro entre Escombros
Un solo nombre entre tanto luto: Vishwash Kumar Ramesh, asiento 11A. El único sobreviviente, hallado con vida y trasladado de urgencia a un hospital. Su historia aún no ha sido contada, pero ya encarna una mezcla extraña de esperanza, dolor y asombro.
El Contexto que Pesa
Air India, que forma parte del grupo Tata desde su privatización en 2022, activó un centro de emergencia y una línea directa para familiares. Pero la memoria colectiva vuelve inevitablemente a otro desastre: el accidente en Kozhikode, en 2020, donde murieron 21 personas. Ya entonces se señalaban los riesgos en aeropuertos con condiciones críticas. Hoy, esa advertencia resuena como una deuda impaga.
El Primer Ministro Narendra Modi, oriundo de Gujarat, ha movilizado a todas las agencias estatales. El aeropuerto de Ahmedabad permanece cerrado. Y la pregunta es inevitable: ¿qué falló?
Voces que resisten
“El dolor nos recuerda que somos humanos, pero también nos exige hacer memoria para no repetir el desastre.”
Fuente principal: National Geographic España, con apoyo de Reuters, BBC y medios indios.