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Así fue el atentado contra Miguel Uribe Turbay en Bogotá
“En Colombia las balas aún creen que pueden silenciar las ideas.”
Domingo 9 de junio de 2025. Un disparo en plena campaña política detuvo el ritmo del país y volvió a ensombrecer la frágil democracia colombiana. Miguel Uribe Turbay, senador de 39 años y aspirante presidencial para las elecciones de 2026, fue atacado a plena luz del día mientras hablaba con su gente en un barrio popular de Bogotá.
Le dispararon tres veces. Dos balas en la cabeza, según los paramédicos. Fue intervenido quirúrgicamente de urgencia y su estado es de “máxima gravedad”, con pronóstico reservado informa Agence France Presse. Sobrevive, de momento, en una sala de cuidados intensivos, mientras un país entero contiene la respiración.
En la calle, decenas se congregaron con camisetas blancas, ondeando banderas de Colombia, entonando cánticos que ya son plegaria: “Fuerza, Miguel”, “Colombia está contigo”. En la clínica, su esposa agradece entre lágrimas, mientras el expresidente Álvaro Uribe, cabeza del Centro Democrático, acude escoltado a acompañar al herido.
Un adolescente de 15 años fue capturado como presunto atacante. Se desconoce quién está detrás del crimen. El presidente Petro exigió una investigación “exhaustiva”, empezando por los escoltas. La policía activó un despliegue con más de 100 agentes. El ministro de Defensa dijo que el menor fue usado como “instrumento” por criminales.
Un video, ya viral, muestra a un joven sacando un arma en medio del mitin. Luego, el impacto. Uribe cae. Otro clip lo muestra ensangrentado, sostenido por varios asistentes sobre el capó de un coche. Colombia revive sus viejas heridas, cuando la violencia política marcaba a sangre cada proceso electoral.
En redes, las posturas se polarizan. La canciller Sarabia hizo autocrítica: “Hemos fallado en la seguridad y la paz para todos los colombianos”. El Departamento de Estado de EE.UU. atribuyó la agresión a la “retórica violenta de la izquierda” y pidió al gobierno moderar su discurso. Petro, indignado, calificó esas declaraciones de “oportunistas”.
La historia de Miguel Uribe viene marcada por la tragedia: su madre, Diana Turbay, fue secuestrada por el cartel de Escobar y murió en 1991 durante un fallido rescate militar. Hoy, su hijo pelea por no seguir ese legado de muerte. Desde el quirófano, entre tubos y monitores, intenta escribir un nuevo capítulo… si la vida se lo permite.
Voces que resisten
“No hay ideología que justifique la sangre del adversario. El que ataca la palabra con pólvora, le teme al pensamiento.” RCJ Digital
— RCJ
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