La corrupción ahora lleva corbata azul: el juez imputa a Cristóbal Montoro
“La corrupción es el cáncer de la democracia.” — José Mujica
El Partido Popular, que tanto alza la voz cuando la corrupción toca al adversario, ahora vuelve a mirar de reojo hacia sus propias filas. Y no a un cualquiera. El juez de Tarragona Rubén Rus ha decidido imputar nada menos que a Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, por beneficiar presuntamente a empresas gasísticas mientras ostentaba el poder público. Una causa que llevaba siete años oculta tras el velo del secreto judicial, y que hoy sale a la luz con la fuerza de un trueno.
Montoro —quien fuera socio fundador, presidente y consejero del despacho de abogados Equipo Económico (EE)— informa eldiario.es, habría, según el auto, favorecido intereses privados de sus antiguos clientes durante su mandato como ministro. Y no es una suposición ligera: las decisiones legislativas que salieron de su cartera, según el juez, se alinearon sospechosamente con los beneficios de las empresas gasísticas vinculadas al despacho EE.
Montoro, el legislador que sembró para sus antiguos socios
La acusación no deja lugar a eufemismos: se habría hecho uso de potestades ministeriales para diseñar reformas “a demanda” de ciertas mercantiles, ofreciendo ventajas normativas a cambio de retribuciones económicas. ¿El resultado? Una legislación a la carta, disfrazada de interés general pero cocinada en despachos privados donde se fijaba el precio del favor.
“El uso de tales potestades habría permitido a EE ofrecer reformas a medida, en menoscabo del interés público”, apunta el auto, citado por elDiario.es. La telaraña se refuerza al constatarse que Montoro colocó en cargos estratégicos del ministerio a personas vinculadas al despacho. ¿Casualidad o estrategia?
El silencio incómodo del PP y la sombra de Rajoy
El escándalo golpea con fuerza el presente político del Partido Popular, que vive su propio terremoto interno tras endurecer el discurso migratorio y criticar ferozmente a Pedro Sánchez por los casos que afectan a su entorno. Pero ahora, ¿qué dice Núñez Feijóo ante esta imputación que huele a conflicto de intereses y a puertas giratorias descaradas?
La imputación de Montoro no solo levanta preguntas legales, sino también éticas: ¿puede alguien que diseñó parte del aparato fiscal del país haber estado operando en favor de intereses privados desde dentro del poder? La pregunta retumba en la opinión pública como una bofetada democrática.
VOCES QUE RESISTEN
“Los verdaderos saqueadores no cruzan el estrecho en patera ni saltan vallas: llegan en coche oficial, redactan leyes a medida y gozan de impunidad blindada.” — RCJ
La corrupción política no tiene color exclusivo. Y mucho menos ideología. Tiene patrón: el abuso de poder. Tiene método: la manipulación institucional. Tiene rostro: el de aquellos que usan el Estado como plataforma de negocio privado.
Hoy se habla de Montoro, pero la historia se repite desde hace décadas. A veces con sobres en B, otras con auditorías falsas, y ahora, con reformas legales redactadas en bufetes que luego presumen de influir en el BOE. La democracia no puede ser una pasarela para que exministros favorezcan a los que antes fueron clientes. Ni un cargo debe ser un trampolín para que el interés público sea violado con elegancia técnica.
Lo grave no es solo la imputación, sino la normalización. La falta de dimisiones. El silencio de quienes deberían estar dando explicaciones urgentes. El escándalo es de todos, pero la responsabilidad pesa sobre quien, hoy por hoy, sigue hablando de moral desde la oposición. ¿Y ahora, señor Feijóo? ¿Qué dice el Partido Popular cuando el barro salpica sus propios trajes?
Fuente: eldiario.es – www.eldiario.es
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