FRASES CÉLEBRES CON HISTORIA
19 de junio de 2025
Vladimir Nabokov: El mago de las palabras y las sombras
Un relato donde la identidad se desdobla entre recuerdos, libros y heridas que no sanan
La frase que abrió una herida
“Nada apaga el pasado. El pasado apaga todo lo demás.” – Vladimir Nabokov
El espejo en la casa abandonada
En la costa asturiana, cerca de Luarca, hay una casa derruida frente al acantilado. En ella, a veces, duerme Helena, una mujer que se esconde de todos desde hace años. No mendiga, no roba. Solo aparece al atardecer para dejar flores en la biblioteca cerrada del pueblo. Nadie sabe de dónde viene ni qué busca.
–Es muda –decían algunos. –Es una sombra –susurraban otros. Pero nadie se atrevía a hablarle… salvo un niño de 11 años llamado Bruno, lector del *Club Silencioso*. Bruno llevaba consigo un cuaderno con frases que no entendía del todo… pero sentía. Una de ellas, de Nabokov, la copió y se la entregó:
“Nada apaga el pasado. El pasado apaga todo lo demás.”
El recuerdo que se desencadenó
Helena leyó la frase, y algo dentro se quebró. Se arrodilló frente al niño y rompió a llorar sin sonido, como si sollozara con el alma. Después, sin hablar, escribió una dirección. Era de Madrid. Alguien la había buscado por años. Su familia la daba por muerta desde un episodio de violencia que nunca se resolvió.
Esa noche, Bruno le pidió a su madre que la llevaran a la estación. Helena no habló. Solo abrazó al niño. En ese abrazo, por primera vez en una década, alguien la llamó por su nombre verdadero. Y ella lo aceptó.
El cuaderno que nunca se cerró
Días después, el club de lectura silenciosa halló una carta bajo la puerta de la biblioteca. Decía:
“Queridos lectores callados: me devolvieron a la historia que había apagado. Bruno es más valiente que mil palabras. Gracias por leer en silencio. Por eso volví.”
Desde entonces, cada 19 de junio, en la biblioteca de Luarca, se recita en voz baja una frase de Nabokov. Para recordar que el pasado no se borra, pero puede dejar de doler si alguien nos lo lee sin juicio, sin ruido, con compasión.
¿Quién fue Vladimir Nabokov?
Vladimir Nabokov (1899–1977) fue un novelista, poeta, traductor y entomólogo ruso-estadounidense, célebre por su estilo literario sofisticado y su dominio del lenguaje. Nació en San Petersburgo, Rusia, en una familia aristocrática y trilingüe, lo que influyó profundamente en su sensibilidad literaria. Tras la Revolución Rusa, se exilió con su familia y estudió literatura en la Universidad de Cambridge. Escribió sus primeras obras en ruso bajo el seudónimo Vladimir Sirin, pero alcanzó fama internacional al escribir en inglés, especialmente con su novela Lolita (1955), una obra polémica y estilísticamente brillante. Otras obras destacadas incluyen Pálido fuego, Ada o el ardor y su autobiografía Habla, memoria. Además de su carrera literaria, Nabokov fue un apasionado lepidopterólogo (especialista en mariposas) y profesor universitario en Estados Unidos. Murió en Montreux, Suiza, en 1977, dejando un legado literario que sigue fascinando por su ingenio, erudición y complejidad formal. Es universalmente recordado por Lolita, pero su estilo brilla aún más en novelas como Pnin, Fuego Pálido o Habla, memoria.
Su prosa es precisa, elegante, llena de juegos mentales, espejos rotos y emociones contenidas. Nabokov escribía como un cirujano: con luz intensa y bisturí emocional. Fue, también, maestro del detalle y cazador de mariposas, tanto reales como humanas.
VOCES QUE RESISTEN
"Las frases que duelen, si se leen con amor, curan." – RCJ
"No supe cómo decirle que la entendía… así que le di una frase." – Bruno, 11 años
✍️ Por RCJ