El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, se reúne con el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, en Riad en octubre de 2024. Imagen/Via/© Agencia de Prensa Saudí (SPA) vía AFP
Diplomacia entre dunas: los países del Golfo buscan frenar la guerra
Arabia Saudita, Emiratos, Catar y Omán intentan contener el conflicto entre Israel e Irán, mientras EE.UU. calienta el escenario
“La diplomacia es el arte de decir 'buen perro' mientras buscas una piedra.”
— Will Rogers
La guerra entre Israel e Irán ha encendido todas las alarmas en Oriente Medio. Mientras los misiles cruzan los cielos y las amenazas escalan, los países del Golfo, hasta hace poco en pleno acercamiento a Irán, se han lanzado en una frenética carrera diplomática para evitar un colapso regional. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Catar mueven sus fichas con rapidez. Pero el tablero se desmorona.
La paz ha sido su cimiento de crecimiento económico. Turismo, finanzas, tecnología... esas eran las prioridades. Hoy, el fantasma de la guerra vuelve a ocupar la primera plana de sus reuniones secretas y llamadas urgentes. El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y el jeque emiratí Mohamed bin Zayed ya han hablado con el nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian. También con Putin. Pero el fuego sigue encendido.
El rugido del desierto no apaga las bombas
“La guerra no determina quién tiene la razón, sino quién queda.”
— Bertrand Russell
Qatar y Omán, tradicionalmente discretos, se han convertido en canales activos de mediación, informa AFP. Desde Doha se multiplican las llamadas a Washington y Teherán. Pero mientras eso ocurre, Trump lanza su mensaje más escalofriante: “Podemos eliminar fácilmente al líder supremo iraní”. No es una metáfora. Es una amenaza. Y marca el tono de la administración estadounidense.
Emiratos alerta de que una acción mal calculada podría arrastrar a toda la región. Irán, por su parte, ha dicho claramente a Catar y Omán: “No negociaremos bajo ataque”. Y los ataques continúan. A diario.
Temor, pragmatismo y un delicado equilibrio
“En la paz los hijos entierran a sus padres. En la guerra los padres entierran a sus hijos.”
— Heródoto
Hamad bin Jassim Al Thani, ex primer ministro qatarí, lo expresó con crudeza en su red social: “Si Irán colapsa, los primeros en sufrir seremos nosotros”. Porque un vacío en Teherán no solo es una amenaza geopolítica. Es una puerta al caos. Y nadie en el Golfo quiere que se abra.
Los gestos de acercamiento de los últimos dos años —como el restablecimiento de relaciones entre Arabia Saudita e Irán o el reencuentro entre Emiratos e Irán tras la firma de Abraham con Israel— parecen ahora papeles arrugados en el fondo de un cajón. La guerra tiene prisa. La diplomacia, no siempre.
El futuro es frágil y la voz del Golfo, tenue
“Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error.”
— Napoleón Bonaparte
“Los países árabes del Golfo no tienen prácticamente ninguna capacidad para influir en el comportamiento de Israel o Irán”, asegura Hasan Alhasan, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. Es una confesión incómoda. Las capitales doradas de la península no deciden el destino. Solo intentan amortiguar su impacto.
Y mientras algunos piensan que la guerra podría eliminar los misiles iraníes, otros temen que el verdadero objetivo sea derrocar al régimen entero. Y eso, para los vecinos de Irán, no es paz ni victoria. Es descontrol. Es fuego impredecible. Es la amenaza que ningún tratado puede contener una vez que el primer misil cae.
🗣️ VOCES QUE RESISTEN
“Los líderes del Golfo saben que la guerra no tiene fronteras. Lo que hoy se lanza en Teherán, mañana puede golpear Abu Dabi o Riad. Por eso, aunque en voz baja, piden diálogo. Y temen más que nunca la soberbia ajena.” — Layla Al-Mansour, analista kuwaití
RCJ escribe: En el Golfo soplan vientos de miedo y estrategia. Ellos no quieren ser mártires ni héroes. Solo quieren mantener encendida la luz de sus ciudades bajo el cielo ardiente. Pero cuando el humo de la guerra asciende, ni el oro del petróleo ni el mármol de los palacios pueden garantizar el mañana.
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