El miedo vuelve a los campos: redadas migratorias paralizan la vida rural en EE.UU.
Las redadas del ICE empujan al límite a agricultores, trabajadores y empresarios en sectores clave de la economía
“El miedo es el más ignorante de los consejeros.”
— Edmund Burke
Agricultores, ganaderos y gerentes de hoteles y restaurantes respiraron aliviados cuando el presidente Donald Trump pausó las redadas migratorias que sacudían sus industrias. Sin embargo, la calma duró poco. Apenas unos días después, el Departamento de Seguridad Nacional advirtió que no habría “espacios seguros” para industrias que supuestamente alberguen a inmigrantes irregulares.
La pluma de Paul Wiseman, reportero de Associated Press (AP), recoge el desconcierto de empresas y trabajadores ante este vaivén político que impone cuotas diarias de arrestos y revive el miedo entre quienes sostienen, día tras día, la economía agrícola y de servicios en Estados Unidos.
Una orden, miles de vidas alteradas
“La verdadera medida de una nación está en cómo trata a los más vulnerables.”
— Mahatma Gandhi
Stephen Miller, mano dura de la Casa Blanca, fijó al ICE una cuota de 3.000 arrestos diarios. De pronto, los agentes aparecían en las granjas, armados, interrumpiendo faenas, sacando trabajadores entre vacas y campos. “Vimos a ICE apuntando con rifles a las vacas, sacando a la mitad de la fuerza laboral”, relató Rebecca Shi, de la Coalición Empresarial de Inmigración.
En una lechería de Nuevo México, pasaron de 55 trabajadores a solo 20. “No se puede apagar a las vacas”, recordó la directora de los productores lecheros. Mientras tanto, en restaurantes como Izakaya Gazen, en Los Ángeles, los empleados tienen miedo de acudir al trabajo por estar cerca de centros de detención. “A veces están demasiado asustados para cubrir su turno”, confesó el chef Claudio González.
El rumor también paraliza la tierra
“No hay peor enemigo de la libertad que el rumor disfrazado de ley.”
— RCJ
En Washington, durante la cosecha de cerezas, la amenaza ni siquiera necesita concretarse: basta con el rumor. De los 150 recolectores habituales, apenas 20 se presentan. "No hemos visto redadas reales", explicó Jon Folden, gerente de Blue Bird. Pero el miedo ya se sembró y ha echado raíces.
Jennie Murray, del Foro Nacional de Inmigración, señaló que muchos padres temen ser arrestados mientras sus hijos están en la escuela. “¿Y si mi hijo llega del bus y no hay nadie en casa?”, se preguntan. En paralelo, Matt Teagarden, de la Asociación de Ganadería de Kansas, denuncia: “Los que promueven estas redadas no tienen idea de cómo funciona una granja”.
La paradoja de una nación que se alimenta del miedo
“Los inmigrantes hacen el trabajo que el discurso no quiere reconocer.”
— Eduardo Galeano
Según el economista Torsten Slok, los trabajadores indocumentados representan el 13 % del empleo agrícola y el 7 % en hotelería y restauración. Y aun así, están siendo perseguidos. El Pew Research Center reveló que incluso el 59 % de los votantes de Trump reconocen que estos trabajadores realizan tareas que los estadounidenses no quieren.
En 2022 y 2023, gracias en parte a esta mano de obra, Estados Unidos superó un brote inflacionario sin caer en recesión. Pero hoy, quienes sostienen esa estabilidad están siendo expulsados con brutalidad. Se habla de seguridad nacional, pero se siembra inseguridad humana. Se presume orden, pero se desordena la vida.
VOCES QUE RESISTEN
“En mi campo, las vacas no saben de política. Solo esperan que alguien las ordeñe. Cuando me llevaron, lloraron más que yo.” — Testimonio anónimo recogido en Nuevo México
: Se puede detener un camión, una fila, un horario. Pero no se detiene el hambre ni la necesidad. Los que hoy son perseguidos no son criminales: son padres, madres, manos que alimentan a una nación. El ICE puede cerrar puertas, pero la historia abrirá los ojos.
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