Radiación, silencio y tensión: Israel intensifica su ofensiva sobre el programa nuclear iraní
Un conflicto invisible se libra bajo tierra mientras el mundo mide el pulso de una amenaza nuclear contenida
“La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia.”
— Mahatma Gandhi
Con Israel intensificando sus ataques al programa nuclear de Irán, y el presidente Donald Trump insinuando que Estados Unidos podría unirse al esfuerzo, surgen nuevas interrogantes sobre los riesgos reales para la salud y la radiación. La información obtenida hasta ahora, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), no revela niveles elevados de radiación fuera de las instalaciones atacadas.
Reportan Bassem Mroue y Stephanie Liechtenstein para Associated Press (AP) este jueves 19 de junio: Irán enriquece uranio en dos sitios clave, Natanz y Fordo. Aunque el uranio en sí no ha representado un peligro directo hasta ahora, el espectro de una catástrofe nuclear mantiene en vilo a toda la región.
Centros subterráneos, miedos expandidos
“El peligro no radica en las bombas, sino en la indiferencia.”
— RCJ
La instalación de Natanz sufrió un ataque israelí que afectó tanto sus estructuras superficiales como las centrifugadoras enterradas bajo tierra. Sin embargo, el OIEA aseguró que los niveles de radiación más allá del complejo permanecen dentro de los márgenes normales. Fordo, ubicada cerca de Qom y profundamente enterrada, ha sido señalada como un blanco difícil, pero crucial. Allí se produce el uranio casi de grado armamentístico.
Estados Unidos considera el uso de bombas "rompe-búnkeres" contra Fordo. A pesar de ello, expertos insisten en que el mayor riesgo inmediato sería químico, no radiológico.
¿Radiación o propaganda?
“La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.”
— Francis Bacon
Según el físico David Albright, el uranio filtrado en estos ataques no representaría un peligro severo para la salud pública. “El uranio no es especialmente tóxico”, indicó. Incluso comparó la posible exposición con la de un pasajero frecuente de vuelos transatlánticos. El verdadero enemigo podría estar en los componentes químicos del proceso, como el gas flúor, altamente corrosivo y mortal si se inhala.
Otro de los focos de atención es Isfahan, donde Israel atacó instalaciones de conversión de uranio. Sin embargo, el OIEA no ha registrado aumentos significativos de radiación en esa zona.
Bushehr: el reactor que no se toca
“El poder nuclear es una herramienta que requiere sabiduría, no arrogancia.”
— Albert Einstein
La planta de energía nuclear de Bushehr, al sur de Teherán, alberga el núcleo del reactor y combustible gastado altamente radiactivo. A pesar de ello, analistas como Fabian Hinz no consideran probable que Israel ataque esa instalación, al no estar vinculada directamente al programa armamentista.
El silencio en torno a Bushehr es, quizás, la mejor noticia entre tanto estruendo. Pero la amenaza sigue latente: basta una decisión temeraria para desatar consecuencias que podrían durar milenios.
VOCES QUE RESISTEN
“El planeta ya no necesita más enemigos. Necesita guardianes.”
— RCJ
En un mundo con energía suficiente para todos, seguimos jugando a encender la chispa del desastre. Mientras los líderes se miran con desconfianza y las montañas esconden secretos nucleares, la humanidad aún espera que alguien elija la diplomacia antes que el hongo atómico.
El nuevo sistema de elección interna refuerza el control de Feijóo y desinfla la propuesta de “un militante, un voto” impulsada por Ayuso