El canciller alemán, Friedrich Merz EFE.
“Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.”
— George Santayana
Desde Berlín hasta Gaza: la memoria como brújula y la urgencia como mandato
En un discurso cargado de memoria, tensión diplomática y un llamado humanitario urgente, el nuevo canciller alemán Friedrich Merz ofreció su primera declaración de Gobierno ante el Bundestag tras su investidura. En ella, reiteró un compromiso que pesa como legado en la conciencia de su país: el apoyo “inquebrantable” a Israel como razón de Estado, reafirmando la histórica línea marcada por Angela Merkel en 2008.
“La existencia y la seguridad de Israel son y siguen siendo razón de Estado para nosotros. Con el 7 de octubre, esta responsabilidad histórica se ha vuelto de nuevo muy concreta”, declaró Merz, y anotadas por la Agencia EFE haciendo alusión al ataque perpetrado por Hamás el año pasado, que sacudió a toda la región y devolvió al primer plano la dimensión más trágica del conflicto.
Pero el canciller no se quedó en el plano de las alianzas militares o simbólicas. Su intervención también llevó una carga ética y humanitaria que intentó balancear la postura alemana. “Apoyamos todos los esfuerzos para un mejor suministro de ayuda humanitaria a Gaza, cuyo sufrimiento vemos, sobre todo el de los niños, las mujeres y los ancianos”, afirmó, al tiempo que alertó sobre la posibilidad de una hambruna inminente.
La tensión moral fue palpable: mientras Merz remarcaba la alianza con Israel como un pilar irrenunciable, también urgía a la comunidad internacional a actuar con rapidez. “Es responsabilidad humanitaria de todos los implicados —y subrayo: de todos— evitar una hambruna en la región lo antes posible.”
En esa línea, el canciller llamó a acelerar las negociaciones por un alto el fuego con Hamás, y a lograr la liberación de todos los rehenes israelíes aún en manos del grupo islamista. Berlín no sólo mira al pasado, parece decir Merz, sino que también quiere intervenir en el presente para evitar una repetición de los peores capítulos de la historia.
La posición de Alemania —histórica, firme, pero ahora también matizada con humanidad— se convierte así en una brújula en medio de un mar de tensiones, donde las palabras pueden construir puentes... o encender hogueras.
VOCES QUE RESISTEN
El canciller alemán ha elegido un lenguaje firme y una ruta conocida: la memoria como responsabilidad. Pero el tiempo presente grita con otras urgencias. En Gaza, la realidad no espera discursos ni equilibrios diplomáticos: espera pan, tregua y dignidad. ¿Podrá Alemania ser más que un testigo solemne?
RCJ