Mexicanos eligen a todos sus jueces bajo la sombra de la corrupción y el crimen
Una jornada electoral sin precedentes en América Latina que podría transformar –o capturar– la justicia mexicana
"La justicia sin fuerza es impotente; la fuerza sin justicia es tiranía." — Blaise Pascal
Los mexicanos comenzaron a votar este domingo en unos comicios únicos en el mundo: la elección directa de todos los jueces del país. Mientras el gobierno presenta la reforma como una cura contra la corrupción, el crimen organizado y sectores políticos y económicos buscan también posicionarse. Reportes de medios locales mostraron la apertura de las primeras casillas de votación, que funcionarán hasta las 18H00 locales (00H00 GMT del lunes), según información de la agencia AFP.
"Hoy no solo elegimos personas. Elegiremos el tipo de justicia que queremos para nuestro país", declaró Guadalupe Taddei, presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), en el arranque de la jornada, calificada como un “desafío sin precedentes”. Esta reforma judicial propone que el pueblo tome las riendas del Poder Judicial. Sin embargo, las dudas persisten: ¿es esta realmente una democratización de la justicia o un camino a su vulnerabilidad?
"Donde hay poca justicia es un peligro tener mucha razón." — Francisco de Quevedo
Dudas internacionales, advertencias internas
Margaret Satterthwaite, relatora especial de Naciones Unidas sobre la independencia de jueces y abogados, advirtió: "Hay razones para creer que las elecciones pueden ser más fácilmente infiltradas por el crimen organizado que otros métodos de selección judicial." También subrayó el riesgo de que el electorado no vote con base en el mérito, sino en afinidades mediáticas o manipulaciones.
La presidenta Claudia Sheinbaum acusa que quienes critican el proceso buscan mantener los privilegios del actual sistema judicial. “Nada más falso. Ahora lo que queremos es que el pueblo de México decida”, señaló en un video difundido el sábado.
Un sistema vigilado y cuestionado
Hasta el momento, no se han reportado incidentes graves de violencia. Sin embargo, se teme que los cárteles intenten influir silenciosamente en los resultados. Luis Carlos Ugalde, exdirector del INE, cree que estos actores podrían operar sin necesidad de violencia directa.
Carlota Ramos, subdirectora jurídica del equipo de Sheinbaum, admitió que el riesgo de infiltración ya es una realidad “invisible”. En sus palabras: “Tenemos cortes y tribunales locales completos que han sido efectivamente capturados por el crimen organizado”.
Candidatos polémicos, procesos complejos
La oenegé Defensorxs alertó sobre 20 candidatos de alto riesgo, entre ellos Silvia Delgado, exabogada del narco Joaquín "Chapo" Guzmán, y Fernando Escamilla, quien defendió al líder de Los Zetas. También destaca el caso de Leopoldo Chávez, quien estuvo preso por tráfico de metanfetaminas.
A pesar de esto, el proceso exige títulos en Derecho, experiencia y buena reputación. Se elegirán 880 jueces federales y 1.700 magistrados regionales, con una segunda fase prevista para 2027. Aun así, la ciudadanía se muestra confusa: "Ni siquiera sabemos en dónde van a estar las casillas", dijo Teresa Vargas, abogada de 63 años.
El profesor David Shirk, de la Universidad de San Diego, explicó que la corrupción está más presente en las fiscalías que en los tribunales, y que la tarea del votante resulta titánica: elegir decenas de jueces entre cientos de candidatos.
"Cuando la injusticia se convierte en ley, la resistencia se convierte en deber." — Thomas Jefferson
¿Justicia participativa o vulnerada?
La reforma fue impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, mentor de Sheinbaum, quien mantuvo una larga batalla contra el Poder Judicial al que acusó de servir a los intereses de las élites.
Hoy México asiste a una jornada histórica, pero también a un acto de fe en medio de la incertidumbre. ¿Elegirán los ciudadanos justicia o serán parte, sin saberlo, de un juego controlado por poderes oscuros?
VOCES QUE RESISTEN
“La justicia no se mendiga, se construye con instituciones fuertes y personas valientes”, dijo recientemente el juez retirado Santiago Álvarez en una conferencia en Oaxaca. Él se negó a postularse por considerar el proceso “una farsa con apariencia democrática”.
¿Puede la democracia directa aplicar a la justicia sin que esta se convierta en rehén de los votos mal informados, de las campañas manipuladas o de los caprichos del miedo? ¿Elegir a los jueces es un acto de poder ciudadano o una cesión peligrosa de los pilares del Estado de derecho?
¿Será esta elección un mecanismo válido para tener una verdadera justicia?
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