Sentencia confirmada: el grito de María Belén no se calla
El feminicidio que sacudió a Ecuador tiene nombre, rostro y madre que no olvida
“Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.” – Elie Wiesel
Un tribunal en Ecuador ratificó este jueves la condena de 34 años y ocho meses de prisión contra el expolicía Germán Cáceres, declarado culpable del feminicidio de su esposa, la abogada María Belén Bernal. El crimen ocurrió dentro de la Escuela Superior de Policía en septiembre de 2022, en un hecho que desnuda las grietas más profundas del Estado. La información fue confirmada por la Agencia EFE, y con ello se sella una etapa jurídica de un caso que nunca dejó de ser profundamente humano y doloroso.
El tribunal de la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha anunció su resolución tras más de un año desde que se celebrara la audiencia de apelación. La defensa de Cáceres pretendía una reducción de pena, mientras la familia Bernal solicitaba que se declare culpable también al policía Alfonso Camacho, acusado de omitir auxilio. El tribunal, en mayoría, ratificó su inocencia. Los abogados de la familia anunciaron que interpondrán un recurso extraordinario de casación.
“Alguien tiene que dejar sentados precedentes. Nos matan todos los días y la administración de justicia lo único que ve ahí es un negociado.” — Elizabeth Otavalo, madre de María Belén
El crimen ocurrió el 11 de septiembre de 2022. Cáceres asesinó a Bernal en el recinto policial, ocultó su cuerpo y huyó. Fue capturado en Colombia en diciembre de ese mismo año. En mayo de 2023, fue condenado por feminicidio. El cadáver de Bernal apareció diez días después, en un cerro cercano. Su hijo quedó huérfano. Su madre, Elizabeth Otavalo, tomó la antorcha de la memoria, sin descanso.
Este caso sacudió a todo Ecuador. No fue un feminicidio cualquiera. Ocurrió dentro de una institución que simboliza la seguridad y la ley. Por eso, desde el día uno, mujeres de todas partes del país, familiares de otras víctimas y activistas se han plantado frente a los tribunales exigiendo justicia, como lo hizo Estefanía Díaz, cuya hermana también fue asesinada por violencia de género el 4 de marzo pasado. “Estoy aquí, plantándome, como siempre”, dijo. Plantarse, sí. Porque si no es el Estado, serán ellas. Con voz. Con memoria. Con dignidad.
“Donde la justicia es negada, donde la pobreza es impuesta, donde la ignorancia prevalece… ni la persona ni la propiedad estarán seguras.” – Frederick Douglass
Las cifras estremecen. Según la Fundación Aldea, una mujer o niña es asesinada cada 21 horas en Ecuador. Hasta el 15 de marzo de 2025, ya eran 82 los asesinatos por violencia machista. Cada número es una vida. Cada nombre una historia. Cada historia, una herida abierta en el alma colectiva de un país que no puede seguir normalizando la tragedia.
Elizabeth Otavalo habló antes de la audiencia. Denunció que están solas, que el dolor se multiplica con la inacción del Estado. “Después del asesinato no hay contención ni protección. Sigo por mi nieto, por mi familia, por las que vienen. Por sus hijas. Por las mujeres”, dijo. Y es así. Es por ellas. Es por todas.
VOCES QUE RESISTEN
“¿Cuántas veces hay que repetir el nombre de una víctima para que el Estado escuche?”
La lucha de Elizabeth Otavalo no es solo por su hija. Es por su nieto, por otras madres, por mujeres vivas que no saben si llegarán al día siguiente. Es por dignidad. Por justicia que no llegue con calendario burocrático, sino con convicción y coraje. Por eso estamos con ellas. Siempre.
✨ JOYA VISUAL DEL DÍA
📅 31 de mayo de 2025
El último grito de María Belén Bernal
📍 Ecuador. Este video documenta el caso de María Belén Bernal, una abogada ecuatoriana que fue víctima de feminicidio en 2022. Su desaparición y posterior asesinato dentro de una escuela de policía generaron una ola de indignación y protestas en todo el país, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la violencia de género y la impunidad.
La historia de María Belén Bernal resalta la necesidad urgente de reformas en las instituciones encargadas de proteger a la ciudadanía y de garantizar justicia para las víctimas de violencia. Su caso continúa siendo un llamado a la acción para erradicar la violencia de género y asegurar que hechos como este no se repitan.