FRASES CÉLEBRES CON HISTORIA
📅 28 de junio de 2025
Octavio Paz: El eco de lo no dicho
“El silencio no es la ausencia de sonido, sino otra forma de decir” – cuando hablar no basta
La frase que nadie quiso oír en voz alta
“El silencio no es la ausencia de sonido, sino otra forma de decir.” – Octavio Paz
El alumno que no hablaba
Se llamaba Diego. Diecisiete años. No hablaba. No porque no pudiera, sino porque no quería. Desde que su padre desapareció, una tarde de manifestación en Ciudad de México, Diego eligió el silencio como forma de protesta. O de defensa.
En el Instituto Nacional de Artes, todos lo conocían como “el que escribe en libretas negras”. Ni una palabra en clase. Solo escribía. Todos los días. Todo el día.
—¿Por qué no hablas, Diego? —le preguntó la profesora de literatura, sin esperar respuesta.
Él simplemente deslizó una hoja sobre el escritorio. Estaba escrita con una sola frase, trazada en letras firmes:
“El silencio no es la ausencia de sonido, sino otra forma de decir.”
La maestra, al leerla, sintió que algo se le quebraba por dentro. Era una cita de Octavio Paz. Pero era también una confesión.
El cuaderno que hablaba por él
Diego escribía sobre su padre, sobre la última llamada, sobre las botas que quedaron junto a la puerta. Sobre las preguntas que nadie respondió. Nadie lo escuchaba, pero sus cuadernos eran gritos.
Una noche, mientras organizaba su mochila, su madre encontró uno de ellos. Estaba lleno de poemas. Firmados con sus iniciales: D.G.
—¿Esto lo escribiste tú? —le preguntó, con la voz quebrada.
Él asintió sin mirarla. Luego escribió en la pared con tiza blanca:
“Cuando no hay justicia, el silencio se vuelve lengua de fuego.”
El día que Diego habló sin voz
En el acto escolar del 2 de octubre, conmemoración de la masacre de Tlatelolco, se pidió un discurso voluntario. Diego levantó la mano. Todos lo miraron en shock. Caminó al escenario, abrió su libreta negra y empezó a leer… sin hablar.
Sus manos mostraban página tras página con versos, pensamientos, preguntas. No emitió un solo sonido. Pero los ojos de los presentes no paraban de llorar.
—No necesitó decir nada —dijo la directora—. Dijo lo más profundo con su forma de callar.
En la última hoja escrita decía:
“Mi silencio también tiene memoria. Y mi memoria también exige respuestas.”
El eco que viajó a la prensa
Alguien grabó la escena y la subió a redes. Se viralizó. Un periodista cultural de un medio independiente compartió la historia titulándola: “Octavio Paz volvió a hablar con la voz de un joven sin palabras.”
Días después, una editorial independiente contactó a Diego. Querían publicar su cuaderno negro. Él aceptó, con una condición:
—Que el primer poema esté dedicado a los que no están. A los que callaron para no desaparecer. O desaparecieron por no callar.
