FRASES CÉLEBRES CON HISTORIA 🗓️ Jueves 24 de julio de 2025
“Mi pluma no sirve para escribir homenajes, mi pluma es un cuchillo.” – Pedro Lemebel
—Abuela, ¿por qué llorabas cuando Pedro salía en la tele?
—Porque él decía lo que todos callábamos, m’hijita. Y lo decía con plumas en la cabeza, con tacos en los pies, con el alma desollada.
La historia que nadie se atrevió a contar
—¿Tú lo conociste, tía Olga?
—Sí. Una vez vino a la casa. Era un martes. Lo recuerdo como si fuera una herida recién abierta. Pedro traía una boina roja y una bolsa con libros. Dijo que venía de leerle a los enfermos del San Juan de Dios.
—¿Y qué te dijo?
—Me dijo: “No se puede escribir con la lengua de los correctos. Yo escribo con la lengua rota de los que no salen en la historia oficial.”
Y entonces sacó una hoja arrugada. Empezó a leer. Era un texto que nunca publicó. Hablaba de su infancia. De cuando le pegaron por caminar “demasiado bonito”. De su madre lavando ropa ajena para que él pudiera estudiar. Del primer beso que no pudo contarle a nadie.
—¿Y lloraste?
—No pude. Me tragó la rabia. Me tragué hasta la saliva de la impotencia. ¿Cómo llorar cuando a uno le arrancan la verdad desde el cuerpo?
—Pero Pedro parecía fuerte…
—Eso creían los demás. Pero yo lo vi una vez temblar. Fue el día que quemaron libros en el parque. No eran sus libros, pero dijo: “Cuando queman palabras, están ensayando cómo quemarnos a nosotros.”
Silencio.
Una paloma pasó por la ventana y dejó caer una pluma negra.
—¿Y por qué nadie habla tanto de él ahora?
—Porque incomoda. Porque fue maricón, pobre, rebelde y chileno. Porque no pidió permiso para amar, ni para escribir. Porque su tumba está llena de flores que no tienen nombre, pero que vienen de almas que él rescató con su palabra.
—¿Y tú qué aprendiste de él?
—Que la literatura no sirve si no remueve el miedo. Que el cuerpo también escribe. Que ser diferente no es una condena, sino una trinchera.
—¿Crees que aún lo escucha alguien?
—Sí. Cada vez que alguien se atreve a decir “esto soy” sin pedir perdón, Pedro Lemebel se sienta a escribir un nuevo manifiesto desde alguna estrella travesti del universo.
Diálogo imaginado con un amante (1989, Santiago)
—¿Por qué no te quitás esa pintura, Pedro? Me da vergüenza salir contigo así.
—¿Vergüenza de qué? ¿De que me pinte la boca como se pintan las mentiras en los discursos del poder?
—No, es que... la gente mira.
—¡Que miren, pues! Yo me pasé la infancia escondido, el colegio tragándome risas, y los años ochenta poniéndome corpiños de rabia. No me voy a esconder ahora por vos, mi amor. Si te molesta mi boca pintada, tal vez no merecés mis besos rojos.
—Yo te quiero, Pedro, pero...
—No hay pero. Yo te quiero sin manual. Sin moldes. Yo te quiero aunque vos no sepás quererte con taco aguja. Y si un día me voy —porque me voy a ir—, escribí mi nombre en tu vientre. Porque hasta en la cama escribo, ¿sabís? Hago del amor una crónica. Del gemido, un manifiesto.
—¿Y si te matan?
—Que me maten, pero que no digan que fui cobarde. Que no digan que Pedro Lemebel se bajó los tacones por miedo.
RCJ
¿Quién fue Pedro Lemebel?
Pedro Lemebel – Hablar por la diferencia
Pedro Lemebel (1952–2015), nacido como Pedro Segundo Mardones Lemebel en Santiago de Chile, fue un escritor, cronista, artista de performance y activista político. Figura clave de la literatura disidente latinoamericana, su obra se caracteriza por una prosa poética, provocadora y profundamente comprometida con la marginalidad, la homosexualidad y la crítica social.
Fue parte del dúo artístico Las Yeguas del Apocalipsis, junto a Francisco Casas, con quienes realizaron intervenciones performáticas que desafiaban el orden político y cultural durante la dictadura de Pinochet. Lemebel abandonó su apellido paterno como gesto de alianza con lo femenino y reivindicación de su madre.
Entre sus obras más destacadas están La esquina es mi corazón, Loco afán, De perlas y cicatrices, Zanjón de la Aguada, Adiós mariquita linda y la novela Tengo miedo torero, que narra una historia de amor en el contexto del atentado contra Pinochet en 1986. Su estilo mezcla crónica, poesía, denuncia y memoria, con una voz única que desafía los géneros literarios.
Lemebel recibió el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso en 2013 y fue nominado al Premio Nacional de Literatura en 2014. Murió en 2015 a causa de un cáncer de laringe, dejando un legado de rebeldía, ternura y lucidez.
Este fragmento de su manifiesto “Hablo por mi diferencia” se ha convertido en emblema de la resistencia queer y literaria:
“No soy Pasolini pidiendo explicaciones, no soy Ginsberg expulsado de Cuba, no soy un marica disfrazado de poeta. Yo soy el que habla por mi diferencia.”
— Pedro Lemebel, Hablo por mi diferencia
✍️ RCJ
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