La otra manera de contar el relato
El banquete del poder con sabor a impunidad
Apenas a doscientos pasos del corazón económico de Madrid, en la Calle Jorge Juan, hay una mesa que nunca quedaba vacía. Allí, en un restaurante entre muros de discreta elegancia y platos que saben a privilegio, se sentaban los dueños de una de las tramas más sofisticadas de la economía política española: el despacho Equipo Económico, fundado por el incombustible Cristóbal Montoro y regentado por los arquitectos del tejido invisible entre leyes fiscales y favores bien pagados.
En esa mesa —según El País en su edición del 18 de julio de 2025 (ver fuente)—, los nombres pesan como decretos: Ricardo Martínez Rico, Manuel de Vicente Tutor, Salvador Ruiz Gallud. Brindaban por su “conocimiento técnico” mientras ignoraban —o fingían ignorar— que, en los tribunales, comenzaban a hervir procesos por imputaciones múltiples y favores encubiertos a empresas gasistas. Ahora, el eco de sus presuntas maniobras fiscales resuena entre los cristales del vino tinto y las charolas de plata, pues un juez de Tarragona ha decidido romper la tregua de los manteles elegantes y llevar a la luz lo que durante años se escondió bajo ellos.
El poder se sienta a la mesa
Montoro, exministro de Hacienda y estratega de la recaudación política, ya no es solo símbolo del viejo poder: es ahora imputado por presuntamente haber manipulado leyes para beneficiar a compañías privadas que, antes, contrataban al despacho que él mismo fundó. ¿Casualidad? ¿Red de favores?
El pasado no descansa. Corre el año 2006. Aznar ha dejado La Moncloa. Montoro —Jaén, 74 años— decide seguir siendo útil. Así nace Montoro y Asociados Asesores, firma discreta y elegante que ofrecía “asesoramiento integral y estratégico” a empresas de toda índole. Para algunos fiscales, era algo más: la puerta giratoria del poder económico de la era Rajoy.
“Donde el dinero y la ley se encuentran sin testigos, nace el monstruo del privilegio.”
Números que no cuadran
Según El País, la firma ha facturado más de 70 millones de euros desde 2006, pero apenas ha declarado 2,5 millones en beneficios. Todo a través de al menos tres nombres distintos, pero un mismo espíritu: el de la influencia convertida en estrategia empresarial.
Hoy, bajo el brillo frío de una lupa judicial, Equipo Económico S.L. ya no puede ocultarse tras manteles de lino ni muros de terciopelo. La sofisticada maquinaria del poder dormía en silencio. Pero alguien, por fin, ha decidido hojear el libro completo… y no solo leer su prólogo.
Voces que resisten
“Una verdad a medias puede ser tan peligrosa como una mentira completa.”
El caso del despacho Equipo Económico resucita una herida crónica: ¿dónde acaba el asesoramiento legal y comienza el tráfico de influencias? ¿Es posible facturar millones y tributar migajas sin quebrar la ley, pero sí la ética?
La imputación a Montoro no solo sacude a la opinión pública: plantea la necesidad urgente de revisar la línea entre lo legal y lo legítimo. Esta vez, un juez ha decidido tirar del hilo. El país entero contiene el aliento.
Porque el lujo, como la impunidad, también deja rastro.
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