No hay distancia más larga que la que separa al poder de su pueblo cuando este viaja sin mirar atrás.— RCJ
En los pasillos alfombrados del poder global, mientras el Ecuador lidia con su fragilidad interna, Daniel Noboa pisa firme las arenas del desierto emiratí. Acompañado de una delegación de altos funcionarios —12 confirmados y un número indeterminado de personal de apoyo—, el mandatario ecuatoriano estrechó manos con Mohamed bin Zayed Al Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos. La escena, cuidadosamente encuadrada en las fotografías difundidas por la cuenta oficial de la Presidencia en X, muestra rostros diplomáticos, manos juntas y ninguna palabra sobre acuerdos concretos.
Es la tercera parada de una gira internacional que se extenderá 16 días, tocará siete países y culminará apenas quince jornadas antes de su posesión oficial el 24 de mayo. Desde Ciudad del Vaticano hasta París, pasando por Arabia Saudita, Israel, España y el Reino Unido, Noboa se lanza a lo que ya es, según Primicias, el viaje internacional más extenso en sus 18 meses de gestión. A la fecha, ha estado fuera del país 74 días en total, una cifra que supera ampliamente a sus tres predecesores en el mismo lapso.
EFE informa que, aunque se habló de “temas de gran relevancia para Ecuador”, ningún comunicado oficial ha detallado objetivos ni resultados de estos encuentros. Y El Diario confirma que el decreto ejecutivo 612 que autoriza la gira tampoco esclarece la participación específica de cada funcionario. Lo que sí se sabe es quiénes lo acompañan: Cynthia Gellibert, vicepresidenta encargada; Gabriela Sommerfeld, canciller; y otros como Irene Vélez y José Neira, piezas clave del engranaje estatal.
Un nombre destaca entre los acompañantes: Michele Sensi Contugi, director de Inteligencia Estratégica. Su presencia, en una gira marcada por la opacidad informativa, es quizás el símbolo más claro de un viaje que se mueve entre la diplomacia y la discreción.
Desde 2023, tras la “muerte cruzada” con la que Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional, el Ecuador ha vivido una democracia suspendida entre la urgencia y la prisa. Noboa, que venció a Luisa González el 13 de abril, aún no asume oficialmente su periodo completo (2025-2029), pero ya actúa como un presidente sin fronteras.
En otros tiempos, Rafael Correa era criticado por giras con hasta 77 acompañantes. Hoy, con cifras más moderadas pero con igual falta de transparencia, Noboa demuestra que las formas pueden cambiar, pero las costumbres políticas resisten.
Mientras tanto, Ecuador tiembla. Literalmente. El reciente sismo en Esmeraldas ha dejado una estela de emergencia y miedo. Pero el presidente no está. Está lejos. Muy lejos.
VOCES QUE RESISTEN
Gobernar es estar. Lo demás es turismo con inmunidad. — RCJ
Los viajes son necesarios. Las relaciones exteriores, ineludibles. Pero cuando un país enfrenta grietas en su suelo y en su alma, cada día de ausencia presidencial deja una interrogante suspendida en el aire: ¿quién cuida la casa cuando el dueño está en gira?
La política exterior no puede ser una postal. Y la transparencia, mucho menos una promesa. El Ecuador necesita saber, necesita ver, necesita sentir que su gobierno está presente en cuerpo, palabra y acción.
Mientras Daniel Noboa camina entre cúpulas doradas y palacios diplomáticos, en los barrios de Esmeraldas se barría el polvo con miedo.