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#LatinoConEstilo: Otra manera de escuchar mùsicaRCJ Digital
Donde se cruzan las canciones y los recuerdos: Bunbury vuelve a enamorar con “Loco”
“La música es el alma que no se ve, pero se escucha”.
Enrique Bunbury no regresa. Enrique Bunbury se transforma. Y como el buen vino que se aparta del bullicio para envejecer en paz, este artista zaragozano ha optado por refugiarse en las raíces —no por moda, sino por necesidad espiritual.
El videoclip de “Loco”, su nuevo sencillo, es el cuarto capítulo de un relato visual mayor: el mediometraje “Cuentas Pendientes”, una narrativa hecha de música, cine y melancolía. A través de “Para Llegar Hasta Aquí”, “Las Chingadas Ganas de Llorar”, “Te Puedes a Todo Acostumbrar” y finalmente “Loco”, los personajes de este universo confluyen en un único lugar: una cantina perdida entre recuerdos, donde el alma se embriaga más por lo que se calla que por lo que se canta.
“La canción verdadera no envejece. Solo se vuelve más nuestra”. — RCJ
En esta travesía, Bunbury deja atrás los sintetizadores de Palosanto o Expectativas. En su lugar, abraza el piano desnudo, la guitarra española que sangra, el contrabajo que respira hondo. Grabado en El Desierto Casa/Estudio y rodeado de músicos como Sebastián Aracena, Luri Molina, Johnny Molina y Jorge Rebenaque, este nuevo disco no busca adornos: busca verdades.
El resultado es un bolero con alma de jazz, una canción de autor que respira al ritmo de la nostalgia, una obra sin artificios que prefiere el eco del contrabajo al zumbido de una máquina.
Bunbury no ha hecho un disco de rock. Ha hecho un disco desde el corazón. Uno que, sin gritar, dice más que mil canciones electrónicas. Uno que no quiere parecer joven, sino sabio. Y es precisamente por eso que se siente fresco.
Durante la primera semana de mayo, “Cuentas Pendientes” alcanzó el número uno en ventas físicas y digitales en España. La crítica lo celebró. Los oyentes lo abrazaron. Y Bunbury, sin pedir permiso, volvió a colocarse en el centro de la escena.
Porque este no es solo un disco. Es una introspección musical, una declaración poética. Es Enrique cantándole al tiempo, sin nostalgia pero con memoria. Y a nosotros, los que seguimos creyendo en la música que no se explica, sino que se siente, solo nos queda una opción: escuchar en silencio.
VOCES QUE RESISTEN
“A veces, los mejores gritos vienen en forma de susurro”.
RCJ Digital
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