¿Quién custodia la verdad? Militares acusados, fuga encubierta y silencio de los altos mandos
La justicia no puede detenerse en la fila del rango más bajo
“Una traición no nace sola: suele tener padrinos que visten uniforme y callan con galones.” — RCJ Digital
Familiares de los 19 militares detenidos por la fuga del cabecilla criminal Federico Gómez Quinde, alias “Fede”, protestaron ante el Palacio de Carondelet clamando justicia. La acusación: su implicación en la evasión de uno de los líderes del grupo criminal Los Águilas. La sospecha: que son chivos expiatorios de una red de complicidad más profunda, tejida entre pasillos blindados y rangos superiores.
“Aquí hay omisión, pero de los altos rangos. ¿Dónde está el director de la Penitenciaría? ¿Y la Policía? ¿Y el SNAI?”, cuestionó Patricia Arechuva, familiar de uno de los detenidos, en declaraciones recogidas por EFE.
Un escape entre la impunidad y el blindaje del poder
El pasado 20 de junio, “Fede” desapareció de la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil. Fue trasladado al dispensario médico de la cárcel junto a otros cuatro internos. Solo él no volvió. La fuga fue calificada como “traición” por el presidente Daniel Noboa, quien ordenó arrestos inmediatos.
Sin embargo, los familiares sostienen que los militares solo cumplían funciones de control interno, sin competencia en traslados. La guía penitenciaria implicada dijo haber recibido una orden verbal para movilizar al grupo, pero que “Fede” fue separado por uniformados que afirmaron “hacerse cargo”.
¿Justicia ciega o justicia dirigida?
“No hay crimen perfecto, solo investigaciones que no llegan donde deben.” — RCJ Digital
Estefanía Loor, otra de las manifestantes, denunció que sus familiares “no tienen poder para mover a presos”. Se limitan a custodiar para evitar disturbios. “Esto se volvió político y mediático. Ellos están injustamente detenidos”, sentenció.
Los habeas corpus solicitados han sido negados. El próximo 30 de julio tendrán una audiencia para revisar la prisión preventiva. Mientras tanto, continúan tras las rejas, señalados sin pruebas contundentes y bajo una sombra institucional que nadie quiere enfrentar.
El rostro oculto del poder carcelario
“Fede”, considerado heredero criminal de “JR” —el líder asesinado de Los Choneros—, es ahora objetivo militar del Estado. El gobierno ofrece un millón de dólares por su recaptura. Pero la verdadera fuga que debe ser investigada es la del silencio. ¿Quién permitió que un criminal de alto perfil saliera sin resistencia?
Las cárceles de Ecuador se han convertido en campos de batalla. Desde 2021, más de 500 reclusos han sido asesinados en masacres. El control ya no lo tiene el Estado, sino las bandas. ¿Y ahora se pretende que 19 soldados sean los únicos responsables de este fracaso estructural?
La fuga de ‘Fede’ remece las filas: militares detenidos acusan a los mandos superiores ✨ Dale play
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VOCES QUE RESISTEN
“La fuga de un narco no debería cargarla quien solo vigila una puerta. Ecuador merece una investigación que llegue hasta las últimas consecuencias. Y si hay generales detrás, que también rindan cuentas. No hay jerarquía que deba proteger la traición.”
— Reflexión editorial firmada por RCJ Digital
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