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LA RESPUESTA QUE HIZO ECO: “NO, PRESIDENTE TRUMP”
“El patriotismo no es el refugio de los cobardes, sino el acto valiente de quienes saben decir no.” — Albert Camus
En política, hay silencios que sellan acuerdos, y hay negativas que marcan historia. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no optó por el silencio. Ante una propuesta directa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para permitir la entrada de soldados norteamericanos en la lucha contra el narcotráfico, su respuesta fue clara, firme y sin rodeos: “No, presidente Trump”.
La revelación no es rumor ni invención. Lo reporta El Universal desde Ciudad de México, tras la publicación de The Wall Street Journal que aseguró que Trump presiona para una mayor injerencia militar estadounidense en territorio mexicano.
Sheinbaum no negó el contacto. Todo lo contrario: confirmó que el planteamiento existió, pero con una narrativa que busca poner matices. “Trump, en una de las llamadas, me dijo que era importante que entrara el ejército de los Estados Unidos a México para ayudarnos en la lucha contra el narco”, explicó. Y añadió, casi con tono pedagógico: “Les propongo que entre el ejército de los Estados Unidos a ayudar, y saben qué le dije: no, presidente Trump”.
El contexto no es menor. En momentos donde la soberanía se debate en frentes múltiples —económicos, diplomáticos y sociales—, aceptar la presencia de tropas extranjeras en suelo mexicano habría sido una grieta histórica difícil de cerrar. Para Sheinbaum, hija de luchas sociales y científica de formación, lo nacional parece ser más que un discurso: es una línea que no está dispuesta a cruzar.
Pero, ¿qué significa realmente esa negativa? ¿Es un gesto de independencia o un pulso electoral interno? ¿Un freno diplomático o una reafirmación de que la política de seguridad será —por fin— hecha en casa? Como siempre, las palabras dicen, pero también ocultan.
VOCES QUE RESISTEN
Decir “no” no es negarse al diálogo. Es trazar límites. Es recordarle al mundo que México no es un campo de maniobras ajeno, ni un tablero donde otros juegan sus guerras. Es, también, recordar que la historia no se escribe con la bota del otro, sino con el paso firme propio. Y que el narcotráfico no se combate con ocupación: se enfrenta con verdad, justicia... y soberanía intacta.
— RCJ