España avanza: El Gobierno aprueba la jornada laboral de 37,5 horas semanales
“El trabajo dignifica, pero su exceso esclaviza.” — José Martí
En un movimiento histórico que pone al trabajo en el centro del debate social, el Gobierno español aprobó este martes el proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. La medida, impulsada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, ya ha sido remitida al Congreso de los Diputados, donde aún debe superar las tensiones políticas y las resistencias empresariales.
“Hoy modernizamos las empresas españolas y ayudamos a que la gente sea un poco más feliz”, dijo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en declaraciones recogidas por Cadena SER. La dirigente de Sumar subrayó que esta norma “cambia la vida de la gente” y que no hay vuelta atrás: afecta a más de 12,5 millones de trabajadores, muchos de los cuales están fuera del paraguas de los convenios colectivos.
La reforma —acordada en diciembre con los sindicatos CCOO y UGT, pero sin el respaldo de las patronales CEOE y Cepyme— busca precisamente eso: equilibrar la balanza entre quienes trabajan bajo protección sindical y quienes, en sectores como hostelería, agricultura o servicios, soportan jornadas de 40 horas o más sin mecanismos de defensa claros.
Díaz lanzó además un mensaje directo al Partido Popular y a su líder, Alberto Núñez Feijóo: “Que nos digan cuál es la actitud que van a tener”. Preguntó si el PP piensa “maniobrar” para tumbar la ley y si están dispuestos a ir contra lo que, según ella, “quieren los trabajadores”. La batalla política se traslada ahora al Congreso, donde el oficialismo tendrá que negociar voto a voto para evitar que esta reforma laboral quede en papel mojado.
“No trabajamos en España como en 1983, afortunadamente. El mundo ha cambiado y mucho”, sentenció la ministra, recordando que el cambio no es un gesto simbólico, sino una adaptación necesaria al siglo XXI.
Para la vicepresidenta, se trata de una cuestión de justicia social, pero también de visión de país. “El Gobierno de España es el Gobierno de los trabajadores”, insistió, en un tono que busca conectar con una ciudadanía cada vez más crítica con las largas jornadas, los salarios bajos y la precariedad crónica. Con esta reforma, el Ejecutivo quiere dar respuesta a una pregunta clave: ¿quién marca el ritmo del tiempo: el capital o la dignidad humana?
VOCES QUE RESISTEN
“Cuando el tiempo vuelve al pueblo, la libertad laboral empieza a respirarse.” La reducción de jornada no es solo una cifra. Es un acto político que define qué tipo de sociedad queremos. Más tiempo libre no es ocio vacío: es vida recuperada, salud mental defendida, familias reunidas, creatividad desatada. La pregunta que nos deja esta medida no es solo si se aprobará en el Congreso. Es más profunda: ¿merecemos vivir para trabajar o trabajar para vivir?
RCJ