Alemania en vilo: Friedrich Merz fracasa en su primer intento por ser canciller
“La política es el arte de lo posible, lo alcanzable… el arte de lo mejor.” — Otto von Bismarck
Por primera vez en la historia de la Alemania de posguerra, un candidato propuesto para la Cancillería no logra la mayoría necesaria en la primera votación parlamentaria. El protagonista de este hito inesperado: Friedrich Merz, líder de la CDU, que no consiguió los votos para asumir como jefe del Gobierno alemán. El país más poderoso de Europa queda ahora en una encrucijada política sin precedentes en su democracia moderna.
La sesión parlamentaria, celebrada el martes 6 de mayo, dejó helado al Bundestag: los votos no alcanzaron por apenas seis papeletas. Las caras de asombro, los cálculos mentales, los mensajes cruzados. El silencio de la historia quebrado por la sorpresa. Según reportó Reuters, el conservador Jens Spahn declaró ante la prensa que “toda Europa, quizás el mundo entero, está pendiente de estas elecciones”, e hizo un llamamiento a los partidos del Bundestag a asumir “una especial responsabilidad” ante el escenario político abierto.
El Parlamento alemán celebrará una segunda votación a las 15:15 (13:15 GMT), en la que Merz buscará, una vez más, reunir el número suficiente de apoyos. De no lograrlo, el escenario se complicaría aún más: desde la erosión de la credibilidad de la CDU/CSU hasta una posible nueva convocatoria electoral.
En Múnich, el presidente de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), Markus Söder, quiso aportar serenidad y determinación al mismo tiempo. Según la agencia EFE, Söder aseguró que “todo se puede solucionar todavía, todo se puede reparar todavía, todo es posible”. Llamó a esclarecer las dudas y a formar un “buen gobierno con un buen equipo”.
El debate sobre la legalidad de repetir una votación tan pronto también llegó al Parlamento. Fuentes del grupo parlamentario del SPD confirmaron a AFP que un segundo intento para elegir a Merz ese mismo día es “constitucionalmente posible”, según la evaluación conjunta de la Presidencia Federal, el Ministerio de Justicia y la administración del Bundestag. Sin embargo, añadieron que el proceso está siendo examinado “jurídicamente con mayor profundidad”.
Mientras tanto, los grupos parlamentarios CDU/CSU, SPD, Verdes y La Izquierda mantienen intensas negociaciones para desbloquear el impasse. Lo que está en juego no es solo un liderazgo personal, sino la estabilidad de la locomotora política y económica del continente europeo. El momento es delicado, y el reloj corre.
Este momento ha traído consigo una pregunta incómoda: ¿y si Alemania entra en una parálisis política prolongada? ¿Qué implicaciones tendría para una Europa ya sacudida por conflictos exteriores, tensiones energéticas y desafíos migratorios?
El liderazgo en Alemania no es un mero título. Es el timón del proyecto europeo. Y ahora, sin timonel, el barco flota con rumbo indefinido. Mientras tanto, los adversarios de Merz afilan sus alternativas y dentro de su propio bloque se insinúan fisuras.
VOCES QUE RESISTEN
“No hay mayor vacío que el de un poder sin legitimidad, ni mayor urgencia que la de llenar ese vacío con altura histórica.” Alemania mira al espejo de su historia y descubre que incluso sus instituciones más sólidas pueden tambalearse. Este “impasse” parlamentario es también un espejo para Europa. ¿Serán capaces los líderes políticos de anteponer el interés general al cálculo partidista? La democracia se mide también en sus momentos de bloqueo, en la altura con la que se sale del abismo sin desbarrancar.
RCJ