Cuando la justicia no encuentra lo que no quiere ver
“Lo peor que puede pasarle a una verdad incómoda es que nadie la quiera encontrar.”
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha cerrado una de las pesquisas más esperadas por sectores mediáticos, judiciales y políticos: los datos aportados por Whatsapp y Google sobre el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, no contienen información "inédita de interés". Esa es la frase. Fría. Clínica. Y, sin embargo, inmensamente política.
Como si se tratara de un guion deliberadamente deshilachado, la noticia fue revelada por Europa Press, dejando en el aire una paradoja inquietante: ¿qué significa que no haya “nada de interés” cuando lo que se investiga es la figura máxima del Ministerio Fiscal?
García Ortiz ha sido el centro de dardos políticos y mediáticos desde que asumió el cargo, especialmente tras revelaciones cruzadas y acusaciones de parcialidad. El Tribunal Supremo solicitó a los gigantes digitales —Whatsapp y Google— información que pudiera aportar luz a presuntas irregularidades en sus comunicaciones. Lo recibido fue, aparentemente, irrelevante. Pero, como escribió Albert Camus, “el mal que hay en el mundo casi siempre viene de la ignorancia, y las buenas intenciones pueden hacer tanto daño como la maldad”.
¿Por qué entonces se respira cierta inquietud en el ambiente político? Porque para muchos, el problema no era si había algo, sino si se estaba dispuesto a encontrarlo. La neutralidad institucional está bajo escrutinio, y en ese contexto, el informe de la UCO no solo cierra una carpeta: también abre una grieta de desconfianza.
La fuente, lejos de ser un apéndice, es protagonista del relato. Europa Press, al informar, revela también un silencio institucional que resulta ensordecedor. En la era del Big Data y la trazabilidad digital, declarar la irrelevancia de los datos recibidos no siempre limpia una reputación: a veces, solo fortalece las sospechas de quienes quieren verla.
“La justicia debe parecer justa tanto como serlo.” — Lord Hewart
VOCES QUE RESISTEN
No se trata de culpabilizar sin pruebas. Se trata de preguntarse si el Estado se investiga a sí mismo con el mismo rigor con que investiga al resto. Cuando las herramientas del sistema sirven más para blindar que para esclarecer, algo falla. No es la UCO quien ha mentido. Es la estructura la que ha aprendido a ser ciega con destreza quirúrgica. La justicia, como la confianza, es un cristal que no siempre se rompe con un golpe: a veces, basta con no mirar bien.