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APAGÓN Y VERDADES: EL DILEMA ENERGÉTICO QUE DIVIDE A EUROPA
Una reflexión a fondo sobre el apagón del 28 de abril, las presiones de las grandes eléctricas y el modelo energético que define el futuro de los pueblos
RCJ | 30 de abril de 2025
El lunes 28 de abril, España vivió algo inédito en su historia reciente: un apagón energético sin precedentes sacudió el país durante varias horas. Ciudades colapsadas, redes inestables, hospitales en emergencia. El hecho, más allá de sus causas técnicas, reabrió un debate profundo: ¿qué modelo energético queremos para el futuro? ¿Uno basado en el control centralizado, como el nuclear, o una red descentralizada y sostenible, como la renovable?
DOS VOCES ENFRENTADAS: EL DEBATE ENTRE CIENCIA Y POLÍTICA
En el epicentro del debate se encuentran dos referentes científicos que simbolizan el choque de paradigmas:
- Guillermo Vidal, defensor de la energía nuclear, advirtió en una entrevista a El Español: “Demasiadas energías renovables hacen al sistema menos fiable”. Sostiene que la intermitencia de las fuentes limpias pone en riesgo la seguridad del suministro.
- Antonio Turiel, investigador del CSIC y experto en transición energética, replica desde una postura opuesta. En una entrevista a la UOC afirmó: “No podemos resolver la crisis energética quemando más energía, sino transformando cómo vivimos y consumimos”.
Vidal, cercano a los intereses de las eléctricas tradicionales, ve en la energía nuclear la “única salida racional” para garantizar potencia y continuidad. En contraste, Turiel y una amplia comunidad científica alertan de los riesgos de mantener esa dependencia: residuos radioactivos por siglos, vulnerabilidad ante fallos y una lógica de consumo basada en la desigualdad energética.
LA POSTURA DEL GOBIERNO: PEDRO SÁNCHEZ Y LA TRANSICIÓN JUSTA
En medio de este conflicto ideológico, el Gobierno de España ha apostado decididamente por la energía renovable. El presidente Pedro Sánchez lo ha declarado en múltiples foros internacionales: “No es solo una transición energética, es una transición ética. No dejaremos que el precio de la energía lo pague el pueblo mientras otros hacen negocio”.
Con inversiones históricas en parques solares, eólicos y comunidades energéticas, el Gobierno busca democratizar la producción eléctrica, reducir la dependencia exterior y mitigar el cambio climático. La reciente Cumbre Verde celebrada en Sevilla reafirmó el compromiso con el cierre gradual de las centrales nucleares y el fomento del autoconsumo.
“Ningún niño debe estudiar a oscuras porque su familia no puede pagar la luz. La energía es un derecho, no un privilegio”— Pedro Sánchez, en el Parlamento, marzo de 2025.
UN APAGÓN QUE ILUMINA LAS CONTRADICCIONES
Mientras los defensores del átomo apuntan a la eficiencia, la ciudadanía clama por justicia. El apagón mostró que incluso los sistemas "fiables" son frágiles cuando no se construyen para las personas, sino para los balances contables. ¿De qué sirve una central nuclear si las tarifas son inalcanzables para millones?
Y es aquí donde el pueblo entra en juego. Entre el modelo centralista y el renovable, entre el miedo al cambio y la esperanza ecológica, hay una sociedad que empieza a entender que la energía también es política. Y que cada apagón puede ser también una chispa de conciencia.
VOCES QUE RESISTEN
“El futuro pertenece a quienes se atreven a imaginarlo sin cables, sin torres, sin centrales. Con el sol como aliado y el viento como compañero”, escribió recientemente el filósofo Javier Aranguren. Quizá ese sea el mensaje tras el apagón: más que oscuridad, fue una invitación a mirar de nuevo cómo queremos vivir.