No hay otra tierra: el muro invisible que impide contar la historia
3 de junio de 2025 | Cisjordania ocupada
"El periodismo es libre o es una farsa." — Rodolfo Walsh
La paradoja más amarga de los conflictos actuales se encarna en los ojos de Basel Adra, el joven palestino co-director del documental "No Other Land", ganador del premio a Mejor Documental en la Berlinale 2024. Su película, realizada junto al periodista y cineasta israelí Yuval Abraham, no solo es una denuncia desgarradora del desplazamiento forzado en Massafer Yatta; también es una trinchera de imágenes frente al olvido.
Pero incluso esa trinchera tiene límites. El lunes 2 de junio, soldados y policías israelíes impidieron el ingreso de periodistas internacionales —entre ellos del medio AFP— al pueblo natal de Adra, justo cuando él y Abraham los habían invitado para mostrar de primera mano lo que aún se vive allí: casas demolidas, aulas derruidas, violencia de colonos y un Estado que observa en silencio.
Massafer Yatta, declarado zona militar en los años 80, ha sido desde entonces un territorio sin voz oficial. El documental busca romper ese silencio mostrando cómo las excavadoras se convierten en protagonistas de una violencia estructural, donde cada muro derribado no es solo ladrillo: es infancia, memoria y hogar.
El hecho de que ni siquiera los medios internacionales pudieran entrar al lugar en compañía de los propios realizadores da cuenta de un control férreo sobre la narrativa. Como si los muros ya no fueran solo físicos, sino también semióticos: impedir que se cuente, es prolongar la impunidad.
Yuval Abraham, israelí, ha sido claro en múltiples entrevistas: su complicidad con Adra no es solo profesional, sino política. Su documental documenta con honestidad las tensiones entre un país que ocupa y otro que resiste desde los escombros.
Fuente: France24 en Español
VOCES QUE RESISTEN
"Nos han demolido casas, pero no pueden demoler nuestra historia." – Basel Adra
RCJ Digital Contar la historia ya es una forma de resistencia. Pero cuando se prohíbe incluso mirar, ¿qué tan cerca estamos de la ceguera institucionalizada?
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