La otra manera de contar el relato
Miedo, rabia y resistencia: voces desde el corazón de Irán
"Mis días y mis noches son iguales. Me siento paralizada. Me quedo mirando al techo día y noche". Shahla —nombre ficticio— expresa el desconcierto de muchos iraníes tras el bombardeo estadounidense a tres de las principales instalaciones nucleares del país.
El presidente Donald Trump aseguró que las instalaciones de Isfahán, Natanz y Fordo fueron destruidas, y advirtió que Irán debía elegir entre la paz o una tragedia aún mayor. Poco después, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, denunció que EE.UU. había cruzado una línea roja.
“La guerra no determina quién tiene la razón, solo quién queda.” — Bertrand Russell
Consecuencias inmediatas y represalias cruzadas
Según BBC NEWS MUNDO, los ataques estadounidenses ocurrieron tras una campaña aérea israelí de gran escala. El Ministerio de Salud de Irán reporta al menos 430 muertos, mientras que misiles iraníes mataron a 24 personas en Israel.
En medio del caos, el acceso a internet ha sido restringido, dificultando la comunicación. Sin embargo, testimonios como el de Mehri lograron salir del país. "Nunca sentí tanto dolor y rabia... pero también claridad", confesó, con voz quebrada.
“La rabia es el lenguaje del que se siente impotente.” — RCJ
Un conflicto de egos y sangre
“Esta guerra es un conflicto entre tres individuos movidos por su ideología”, dice Mehri, y recogidas por David Gritten - BBC News, en referencia a Trump, Netanyahu y Jamenei. Mientras, desde Maku, Homayoun asegura: “Daremos la vida por nuestro país si es necesario”.
Trump advirtió que cualquier represalia sería respondida con fuerza superior. Araghchi respondió desde Turquía que Irán se reserva “todas las opciones”. La posibilidad de nuevos ataques a bases de EE.UU. o bloqueos en el Golfo preocupa al mundo.
“Los líderes pelean por poder. Los pueblos pelean por sobrevivir.” — RCJ
El deseo de un nuevo comienzo
“Mi hijo nacerá en unos días”, cuenta un joven iraní, “y quiero que crezca en un país diferente, libre del miedo y las cámaras que vigilan a las mujeres por no llevar velo”.
Otro ciudadano lamenta: “Las instalaciones nucleares fueron construidas con nuestra sangre, y hoy han sido arrasadas. Pero la opresión venía de mucho antes”.
“Una guerra movida por el orgullo de tres hombres no merece el precio que pagan millones.” — RCJ