Associated Press/LaPresse (APN)
“La paz no puede mantenerse por la fuerza. Solo puede lograrse mediante la comprensión.”
— Albert Einstein
Después de más de tres años de bombas, trincheras, desplazamientos y discursos bélicos, una palabra vuelve a asomar entre los escombros: tregua.
Este lunes, el presidente ruso Vladímir Putin sorprendió al manifestar públicamente su disposición a retomar conversaciones directas con Ucrania, una posibilidad que no se mencionaba desde las primeras semanas de la guerra, cuando las delegaciones de ambos países se sentaron cara a cara en marzo de 2022.
La apertura del Kremlin llega como respuesta a una propuesta del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien ha sugerido una tregua de 30 días sin ataques a infraestructuras civiles, como una extensión simbólica y práctica de la breve “tregua pascual” de 30 horas ofrecida por Rusia días antes. Así lo detalla El País, citando fuentes diplomáticas del entorno europeo.
“La guerra no determina quién tiene la razón, sino quién queda.”
— Bertrand Russell
Pero en la superficie del terreno, las bombas no se han detenido. La guerra sigue rugiendo. En la ciudad de Sumi, un ataque aéreo ruso dejó al menos 36 muertos. Moscú ha justificado el bombardeo alegando que los civiles “compartían espacio con personal militar”, como recogió nuevamente El País, alimentando así el viejo dilema de la guerra moderna: ¿cuándo un edificio deja de ser civil?
Mientras tanto, Zelenski anunció una cumbre de paz en Londres, junto a representantes del Reino Unido, Francia y Estados Unidos, como parte de un esfuerzo coordinado para sentar las bases de un alto el fuego formal. Así lo confirma El HuffPost, en una nota donde se subraya que Kiev “está listo para una tregua incondicional”.
Sin embargo, desde Moscú la voz del portavoz Dmitri Peskov es otra: cualquier alto el fuego, asegura, “exigirá que Ucrania cumpla las condiciones impuestas por Rusia”. Putin, por su parte, reafirma que el fin de la guerra pasa por ‘eliminar las causas profundas’, lo cual —traducido desde el lenguaje geopolítico ruso— implica que Ucrania retorne de alguna forma a la órbita de influencia del Kremlin.
VOCES QUE RESISTEN
“La paz, cuando es auténtica, no exige sumisión. Exige valentía.”
En este intento por reabrir el diálogo, tanto Putin como Zelenski juegan con cartas marcadas. Uno pone condiciones innegociables, el otro intenta salvar lo que aún no se ha perdido: vidas, territorio, esperanza.
Pero también hay quienes, sin armas ni portavoces, piden una oportunidad para volver a respirar sin miedo.
Una enfermera en Sumi declaró al medio local Día 36:
“Prefiero una mentira de paz que otra semana de verdad ensangrentada.”
¿Mentira o verdad? Tal vez, lo importante ahora sea que la palabra "tregua" vuelva a ser pronunciada sin ironía.